jueves, 20 de noviembre de 2008

CONTINUACIÓN AL CUENTO DE IRENE

de la receta misteriosa de los huevos fritos...a todo esto, la sartén, se sentía muy orgullosa de sí misma por eso,y los demás decían cosas tan estúpidas que no le molestaban; hasta que un día llegó la cafetera que tenía muy malos pensamientos y las cosas que se le ocurrían no se le ocurrían a nadie.............



ESPERO QUE OS GUSTE

1 comentario:

marcos dijo...

1º Las cafeteras no tienen pensamientos, ni buenos, ni malos.
¡Donde las dan, las toman!